Muy interesante.
Un fuerte abrazo para Natxo, Alberto y el resto de amig@s del grupo.
Alfredo.
Perfil HIFA-es: Alfredo Segura Vinuesa es Director Económico Financiero de la Agencia Sanitaria Hospital Alto Guadalquivir
Intereses profesionales: Gestión Sanitaria, Sistemas Sanitarios
email: alfredosegurav AT gmail.com
Spain
El El vie, 31 jul 2020 a las 13:53, Natxo Oleaga. España <
alberto.fernandez.easp@juntadeandalucia.es> escribió:
> Hola, Comparto este editorial :
>
> Es un editorial para el American Journal of Public Health (la revista de
> la American Public Health Association), sobre el retiro de apoyo a la OMS
> por parte del gobierno de USA y los intereses que hay en la OMS que
> explican su
> declinación. Ya fue publicado en inglés, en francés y esta semana se
> publicará en alemán. Yo quisiera que se publicara en España en un blog
> científico o en otro lado, para desde ahí difundir a los compañeros de habla
> castellana. Tenemos permiso de la revista para reproducirlo en otros
> idiomas.”
>
> La traducción que sigue es de las propias autoras, Anne-Emanuelle Birn y
> Laura Nervi, (Re-)Making a People´s WHO, American Journal of Public Health,
> 110: 9 (September 2020): online ahead of print July 16, 2020: e1-e2.
> https://doi.org/10.2105/AJPH.2020.305806
> https://ajph.aphapublications.org/doi/abs/10.2105/AJPH.2020.305806
>
>
> (Re)-Construyendo una OMS para la gente
>
> Resumen
>
> Entre el alboroto causado por la retirada de la OMS por parte del gobierno
> de Estados Unidos, una cuestión crucial se deja de lado: la influencia
> antidemocrática que las corporaciones transnacionales, las organizaciones
> filantrópicas y sus poderosos países asociados ejercen sobre la OMS.
> Sostenemos que esta situación debe ser revertida si se quiere relegitimar
> el poder y la competencia de la OMS.
>
> Artículo
>
> Mientras los expertos en salud global, políticos, organizaciones de la
> sociedad civil y seis de los líderes del G7 animan a declarar el apoyo a la
> Organización Mundial de la Salud (OMS https://bit.ly/3gP9Dyj) y
> contrarrestar así el descrédito del organismo y la suspensión de
> financiamiento ocasionado por el gobierno de Estados Unidos, un momento de
> reflexión es necesario.
>
> Indudablemente, la OMS es un actor crucial ( https://bit.ly/2U9s7Qh)
> para guiarnos a través de la pandemia de COVID-19, cooperando con los
> países miembros en la elaboración de planes de preparación para la pandemia
> (incluso para las subsiguientes oleadas de la enfermedad); recolectando,
> analizando y difundiendo datos epidemiológicos críticos; transmitiendo
> políticas y asesoramientos rigurosos y científicamente fundamentados;
> estableciendo normas en torno a las pruebas, el distanciamiento físico y
> otras medidas de salud pública; estableciendo normas en cuanto a la
> recolección de datos y el intercambio de información; y apoyando la
> investigación en medicamentos y vacunas. Si se financiara adecuadamente y
> los países miembros le otorgaran el poder, la OMS tendría el potencial de
> ampliar el transporte de equipos de protección personal y otros suministros
> esenciales para proteger a los trabajadores de primera línea y servir de
> coordinador internacional para la distribución ética y equitativa de
> diagnósticos, vacunas, productos terapéuticos, y equipos. De conformidad
> con el Reglamento Sanitario Internacional, la OMS está facultada para
> declarar una emergencia de salud pública de importancia internacional
> (ESPII), como lo hizo el 30 de enero de este año con respecto al COVID-19 (
> https://bit.ly/2XvtQkU) y dar una respuesta en tiempo real.
>
> ¿Dio la OMS algún paso en falso? La próxima revisión imparcial,
> independiente, comprehensiva (https://bit.ly/2AHgQzW) de la respuesta de
> la OMS al COVID-19 lo revelará, pero la actuación limitada de la OMS estaba
> predeterminada desde el principio por su propia estructura de toma de
> decisiones, su alcance restringido (dependencia tanto de los informes como
> del cumplimiento de normas por parte de los países, falta de mecanismos de
> aplicación de dichas normas, entre otras cuestiones) y su dependencia
> financiera de los donantes que actúan en su propio interés.
>
> Persistentes preguntas permanecen en torno a China y a su retraso en
> intercambiar información con la OMS (https://bit.ly/2Xych3I). Sin
> embargo, una vez que las autoridades chinas confirmaran la transmisión de
> persona a persona, la OMS colaboró estrechamente con China para advertir al
> mundo de esta ESPII y recomendar medidas extraordinarias para
> contenerla.[i]
>
> Además, bajo presión internacional, China revisó el aumento de la
> mortalidad por COVID-19 (https://cnn.it/2XxEwzG) para enmendar las
> incorrecciones. En contraste, la tardía, espeluznante contabilidad de las
> muertes en los hogares y las residencias de personas mayores del Reino
> Unido, Italia, Francia, España y los Estados Unidos, entre otros países,
> sigue siendo justificada, o al menos contextualizada en el marco de las
> actuales extenuantes circunstancias.
>
> Asimismo, países que atendieron a las recomendaciones de la OMS, incluidos
> Alemania, Vietnam, Islandia, Dinamarca, Nueva Zelandia, Corea del Sur y
> Finlandia se beneficiaron de su guía (Taiwán, como país no miembro de la
> OMS, se anticipó efectivamente a la situación, pero este es un caso
> aparte). En suma, incluso mientras se desarrolla el vital proceso de
> aprendizaje y renovación que, por su parte, todos los países tendrían que
> llevar a cabo se debería permitir que la OMS hiciera su trabajo.
>
> Sin embargo, una preocupación prevalece a todas las demás: La acusación
> del gobierno de Estados Unidos de que la OMS está capturada, en efecto
> tiene sentido, pero no por los actores denunciados por EEUU. La progresista
> Constitución de la OMS de 1948 estableció un sistema de gobernanza
> democrática a través de una Asamblea Mundial de la Salud de carácter anual
> y un Consejo Ejecutivo rotatorio y electivo de 34 miembros.[ii] Pero,
> durante decenios, la OMS se ha visto impedida de establecer políticas de
> forma independiente. Su mandato para establecer la agenda en salud fue
> suplantado por poderosos estados miembros, sus corporaciones
> transnacionales y filantropías, y las instituciones financieras
> internacionales. Desde 2010, la Iniciativa de Rediseño Global del Foro
> Económico Mundial ha tratado de transformar a las Naciones Unidas,
> incluyendo a la OMS, en un sistema de gobernanza de múltiples socios
> (influido por las empresas transnacionales, las mayores filantropías, y las
> grandes finanzas (https://bit.ly/3gV66yv), en el que el dinero público y
> la legitimidad de las Naciones Unidas son canalizadas hacia iniciativas
> privadas con fines de lucro.
>
> Fundada en medio de las luchas del inicio de la Guerra Fría y una ola de
> procesos de descolonización, la OMS siempre fue imperfecta. Sus primeras
> décadas estuvieron dominadas por las campañas contra ciertas enfermedades
> como el paludismo y el pian, que contaban ya con instrumentos técnicos
> listos para implementar (DDT; penicilina) pero que prestaban poca atención
> a las condiciones de vida relacionadas con la salud o al desarrollo de
> robustos sistemas de salud. Durante una colaboración entre los Estados
> Unidos y la URSS en los años 60 y 70 para erradicar la viruela (
> https://bit.ly/2U4xKPJ), los países del Tercer Mundo impulsaron una
> reorientación: Salud para todos en el año 2000, plasmada en la Declaración
> de Alma Ata de 1978 (https://bit.ly/3034Ymm). Esta era la mejor
> oportunidad para la OMS y para el mundo de mejorar equitativamente la salud
> y el bienestar mediante un enfoque basado en la atención primaria de salud
> (APS) fundado en el derecho a la salud, la justicia social, y un nuevo
> orden económico internacional en el contexto de las formidables asimetrías
> de poder, en particular entre el Norte y el Sur.[iii]
>
> Pero en los 80, durante una crisis global de la deuda y consecuente
> recesión, en medio de un giro ideológico neoliberal, la OMS fue acosada por
> el gobierno británico de Thatcher y el norteamericano de Reagan. Este último
> unilateralmente rebajó las cuotas a las Naciones Unidas y luego retuvo las
> cuotas a la OMS alrededor de 1986-1988. Estas medidas estaban destinadas,
> al menos en parte, a reprender a la OMS por su Programa de Medicamentos
> Esenciales de 1977 (recomendando los genéricos) al que se oponían las
> principales compañías farmacéuticas y su Código Internacional de
> Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna de 1981 para poner fin a
> las prácticas deshonestas de comercialización de las empresas de fórmulas
> para lactantes. Simultáneamente, Alma Ata concebida como un esfuerzo
> impulsado por la comunidad para hacer frente a las causas subyacentes de
> las enfermedades (por ejemplo, enfrentar la diarrea mediante el acceso al
> agua potable y el saneamiento) dentro de una crítica radical a los arreglos
> de poder económico global fue desestimada mediante un esfuerzo encabezado
> por la Fundación Rockefeller para hacer que la APS fuera selectiva mediante
> intervenciones de arriba hacia abajo, definidas de forma estrecha (paquetes
> limitados de servicios de bajo costo).[iv]
>
> Entretanto, el Banco Mundial comenzó a eclipsar a una OMS
> insuficientemente financiada, sus préstamos obligaron a reducir y
> privatizar masivamente los sistemas de salud en el Sur. Las políticas de
> austeridad posteriores a 2008
> reverberaron también hacia el Norte: aclamados sistemas de salud
> universales fueron debilitados, desfinanciados y se mercantilizaron con
> gran beneficio privado, notablemente en el Reino Unido y en España, que
> están entre los
> países que han sido más afectados por el COVID-19.
>
> Con la disminución o estancamiento de las cuotas de sus países miembros en
> los 90, la OMS se vio obligada a buscar otras fuentes de financiamiento.
> Hoy en día, el presupuesto de la OMS (alrededor de 2,400 millones de
> dólares anuales [ <https://bit.ly/2ABiH9e> https://bit.ly/2ABiH9e], menos
> de un tercio del presupuesto anual del Hospital Presbiteriano de Nueva
> York! [https://bit.ly/2Y0basD], está en más del 80% destinado a
> actividades predeterminadas por los donantes, lo que permite un enorme
> control a ciertos países de ingresos altos, corporaciones, fundaciones
> privadas y asociaciones público-privadas (las que típicamente emplean
> herramientas técnicas, a menudo producidas por esas mismas asociaciones,
> para apuntar de forma reduccionista a enfermedades individuales, mientras
> escamotean los enfoques integrados o de sistemas de salud).
>
> Un desarrollo particularmente insidioso es la proliferación de las
> asociaciones público-privadas insuficientemente reguladas (y financiadas
> por los gobiernos asociados), que ofrecen a los actores corporativos
> exentos de procesos de rendición de cuentas un acceso sin precedentes a la
> toma de decisiones y las oportunidades de comercialización. En años
> recientes, la OMS se ha visto presionada por las asociaciones
> público-privadas, las corporaciones trasnacionales y sus asociados
> gubernamentales para que, por ejemplo, estos últimos flexibilicen las
> pautas de consumo de azúcar, recomienden el almacenamiento masivo de un
> medicamento ineficaz contra la influenza (lo que representa un conflicto de
> intereses con la Gran Farma), e impulsen la adopción de un marco de
> prevención de enfermedades no trasmisibles que pasa por alto la regulación
> de las empresas transnacionales.[v]
>
> Las mayores asociaciones público-privadas, el Fondo Global y GAVI (la
> Alianza de Vacunas), ambas fuertemente apoyadas por la Fundación Bill y
> Melinda Gates y contribuciones de gobiernos, han soslayado y desplazado a la
> OMS (que ni siquiera tiene voto en la Junta del Fondo Global), dirigiendo
> anualmente miles de millones de dólares públicos a la compra y distribución
> de vacunas de las grandes compañías farmacéuticas y a los esfuerzos de
> control del VIH/SIDA, tuberculosis, y malaria, proporcionando lucrativos
> contratos al sector privado.[vi]
>
> Como tal, simplemente afirmar que la OMS ha cometido errores y que carece
> de liderazgo (https://bit.ly/2Mvmd7W),
> fundamentalmente tergiversa la situación. Cuatro décadas de
> reestructuración neoliberal han llevado a la OMS a actuar precisamente tal
> cual se ha diseñado: como corresponsal de poderosos intereses.
>
> Hoy, la relegitimación del poder y la competencia de la OMS es un asunto
> urgente.[vii] La OMS necesita un apoyo financiero adecuado basado en cuotas
> y sin ataduras para garantizar la gobernanza democrática, la independencia
> en la formulación de su agenda, un proceso de toma de decisiones basado en
> la ciencia, fundado en su mandato constitucional de promover la salud como
> un derecho humano. Por supuesto, tal transformación está en directa
> oposición a la embestida neoliberal contra la OMS y contra todo el sistema
> de Naciones Unidas. Pero esta situación es transformable con una
> revitalización a través de dos grandes ejes. En primer lugar, es clave
> ampliar la visión y la acción hacia los factores sociales que configuran la
> salud, desde la crisis climática hasta el trabajo inseguro, el
> extractivismo (minería, gas natural y petróleo, agronegocios, etc.), la
> guerra y la migración forzosa, la opresión sexista, transfóbica,
> homofóbica, racista y clasista; y las asimetrías prevalentes de poder y
> riqueza. En segundo lugar, hay que continuar movilizando esfuerzos para que
> la OMS provea investigación y asesoramiento imparciales para lograr
> sistemas de salud pública y de atención a la salud más equitativos,
> eficaces y sostenibles, en conformidad con los principios y la práctica de
> la justicia universal en salud, lo que no sólo representará acercarse a la
> equidad en salud para todos, sino que también contribuirá a prevenir
> futuras pandemias y a hacer frente a la actual.
>
> Anne-Emanuelle Birn, ScD, MA
>
> Laura Nervi, PhD, MPH
>
>
>
> Acerca de las autoras
>
> Anne-Emanuelle Birn es profesora en el Centro de Estudios Críticos del
> Desarrollo y la Escuela de Salud Pública Dalla Lana de la Universidad de
> Toronto, Canadá.
>
> Laura Nervi es profesora en la Facultad de Salud de la Población de la
> Universidad de Nuevo México, Albuquerque, Nuevo México, Estados Unidos.
>
>
> Contribuciones de las autoras
> A.E. Birn originó la idea del artículo y las dos autoras contribuyeron de
> forma igual a la escritura, investigación y revisión.
>
> Agradecimientos
> Las autoras agradecen a Theodore Brown, Alison Katz, Mary O´Hara, y los
> revisores externos por sus acertadas sugerencias.
>
> Autorización
>
> Este artículo es una traducción de Anne-Emanuelle Birn y Laura Nervi,
> (Re-)Making a People´s WHO, American Journal of Public Health, 110: 9
> (September 2020): online ahead of print July 16, 2020: e1-e2.
> https://doi.org/10.2105/AJPH.2020.305806
> https://ajph.aphapublications.org/doi/abs/10.2105/AJPH.2020.305806
>
> La revista científica en la que este artículo fue originalmente publicado
> no es responsable por la traducción.
>
> Traducción
> Laura Nervi
>
> Conflictos de interés
> Las autoras no tienen actuales o potenciales conflictos de interés.
>
>
> Referencias.
>
> [i] Horton R. Offline: Why President Trump is wrong about WHO. The Lancet.
> 2020; 395(10233):1330.
> [ii] Cueto M, Brown TM, Fee E. The World Health Organization: A History.
> Cambridge: Cambridge University Press; 2019.
> [iii] Packard R. A History of Global Health: Interventions into the Lives
> of Other Peoples. Baltimore: Johns Hopkins University Press; 2016.
> [iv] Wibulpolprasert S, Chowdhury M. World Health Organization: Overhaul
> or Dismantle? Am J Public Health. 2016;106(11): 1910-1911.
> [v] Birn A-E. WHOse health agenda? 70 years of struggle over WHO's
> mandate. The Lancet. 2018; 391(10128): 1350-1351.
> [vi] People's Health Movement, Medact, Third World Network, Health Poverty
> Action, Medico International, and ALAMES. Global Health Watch 5: An
> Alternative World Health Report. London: Zed Books Ltd; 2017.
> [vii] Birn A-E, Richter, J. US Philanthrocapitalism and the Global Health
> Agenda: The Rockefeller and Gates Foundations, past and present,in Howard
> Waitzkin and the Working Group on Health Beyond Capitalism, eds. Health
> Care Under the Knife: Moving Beyond Capitalism for Our Health, Monthly
> Review Press, 2018.
>
> Saludos,
> Natxo
>
> Perfil HIFA-es: Jose Ignacio Oleaga Usategui
> Coordinador Área de Salud Internacional. EASP
> Mis intereses profesionales son: Política sanitaria y Análisis de Sistemas
> de Salud. Cooperación Internacional al Desarrollo en el marco de la Salud
> Global. Gestión y planificación estrtaégica de servicios de salud. Salud y
> acceso a servicios por parte de migrantes y refugiados
> Spain
> Email: joseignacio.oleaga.easp AT juntadeandalucia.es
>
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